Rosa Rosenstein
En 1907, Rosa Rosenstein nace en Berlín en el seno de una familia de clase media. Trabaja en la sastrería de su padre. Se casa y tiene dos hijos. A las tres semanas de estallar la II Guerra Mundial, huye con su marido a Budapest, donde sobrevivirá a la guerra.
Centropa hat im Jahr 2012 einen Dokumentarfilm über Rosa Rosenstein gedreht. (Erhältlich mit deutschem Ton und englischen oder hebräischen Untertiteln.)
Rosa Rosenstein, hija de inmigrantes judíos originarios de Galitzia, nace en Berlín en 1907. El padre, sastre de profesión, que había comenzado su periplo alemán trabajando humildemente desde casa, se convertirá con el paso de los años en propietario de una tienda mayorista de ropa masculina, así como de otros tantos negocios. A su vez, la madre, que en su Galitzia natal tan sólo había asistido un año a la escuela, mientras que sus siete hermanos, todos varones, no se saltaban ni un solo curso -sus padres creían que la educación no era cosa para niñas-, aprendió a leer y escribir por sí sola, sin la ayuda de nadie, convirtiéndose con el tiempo en una rata de biblioteca, como lo acabará pasando a Rosa. Rosa era la mayor de cuatro hermanos, Betty, Erna y Arthur, a quien llamaban cariñosamente Anschi.
En la entrevista realizada por Centropa en 2002, nos contó que su familia vivía bien en Berlín, que nunca les faltó de nada. Residían en un amplio apartamento de cuatro habitaciones en Templiner Strasse, al noroeste de la ciudad. En verano, Rosa y sus amigas solían ir a nadar y remar a los lagos que se hallan en los alrededores de Berlín. Durante su infancia no le daba demasiado importancia a la apariencia física, algo que suscitaba quejas en su madre, que solía regañarla por no cuidar la ropa que llevaba puesta. La familia solían mantener su hogar kosher y, los padres, como buenos devotos, acudían regularmente a la sinagoga.
Rosa cursó sus estudios en una escuela de niñas judías, por lo que no tenía muchos amigos fuera del círculo estrictamente judío. A los quince años se vio obligada a dejar la escuela por orden de su padre para asistir a una academia comercial con el propósito de que, al terminar, se incorporase al negocio familiar. Allí conoció a su primer marido, Michael Weisz, húngaro y sastre, como su padre. Un año después, Rosa y Michi contraerán matrimonio en la Nueva Sinagoga de Oranienburger Straße, en el mismo Berlín. Bessy, su primera hija, nacerá en 1929, luego vendrá Lilly, en 1933. Rosa nos explicó que no planeaba tener un segundo hijo.
A principios de la década de 1930, todos los hermanos de Rosa emigran a Palestina. En 1938, tras los devastadores efectos de la Noche de los Cristales Rotos, y después de que el padre de Rosa fuera brevemente deportado a Polonia, ambos, padre y madre, deciden marcharse a Palestina. Aquella será la última vez que Rosa verá a su padre con vida, morirá en 1947. Cuando la situación de los judíos en Alemania iba a peor, Rosa y Michi deciden instalarse en Budapest, ciudad en la que vivía la familia de su esposo, dueños de una panadería. Ante tanta incertidumbre, y para estar más tranquilos, deciden conseguir los permisos para que sus hijas pudieran establecerse en Palestina. Estando en Budapest, Rosa será arrestada en dos ocasiones. En la primera, acompañada de sus hijas será enviada a un campo de internamiento, mientras que su esposo era internado en un campo exclusivo para hombres. Cuando los padres de Rosa escribieron una carta desde Palestina ofreciendo asilo para las niñas, Bessy y Lilly, decidieron enviarlas de forma inmediata. A pesar de estar bajo régimen de internamiento, Rosa pudo acompañarlas a la estación de tren. Poco después sería liberada temporalmente del campo. Michi, por el contrario, no correrá tanta suerte, siendo trasladado a Kiev, a la Unión Soviética, para realizar trabajos forzados, donde morirá.
Después de enviudar, y tras un segundo arresto que la condujo a una cárcel de Budapest en la que convivirá con otras 400 mujeres judías, Rosa evitará la deportación al no haber suficientes trenes para el transporte de los detenidos. Tratando de ocultarse en algún lugar seguro, acudió a la casa de un viejo conocido, será allí donde se encontrará con el que será su segundo esposo, Alfred Rosenstein, judío vienés. Tuvieron a su primer y único hijo, Georg, en junio de 1945. Al término de la guerra, Alfred y Rosa barajaron la posibilidad de emigrar: Rosa quería ir a Palestina para estar con sus hijos y sus padres, pero Alfred argumentó que no tenía una profesión adecuada para que pudiera ganarse la vida allí, él quería ir a Austria para de ese modo reclamar una hipotética reparación del restaurante que su familia había regentado en Viena, el cual había sido, años atrás, arianizado. Sin embargo, tres jueces austriacos rechazaron la reclamación y Alfred no recibió un centavo por el negocio familiar. A pesar de todo, la pareja decidió permanecer en Viena mientras que la madre y las hijas de Rosa seguían en el recién fundado Estado de Israel. Georg acabará mudándose a Israel para vivir en un kibbutz.
Alfred murió en 1961. Rosa lo hizo en Viena en febrero de 2005. Ésta dejó dicho que no le gustaban los austriacos, sí, en cambio, le encantaba visitar Berlín. Sin embargo, quién sabe por qué, nunca se permitió visitar su antigua casa familiar de Templiner Straße.