Ludmila Rutarova
Ludmila Rutarova fue una superviviente del Holocausto nacida en Praga. Pasó por Terezin, Auschwitz y Bergen-Belsen. Al término de la guerra, regresó a Praga, donde fundó su propia familia.
Entrevistador
Dagmar Greslova
Año de la entrevista
2007
Lugar de la entrevista
Praga, República Checa
Ludmila Rutarova nace en Praga en el seno de una familia judía asimilada. Pasa la mayor parte de su infancia en casa de su tía, en Nadejkov, cerca de Tabor, donde recibirá una educación católica. Los padres de Ludmila eran propietarios de unos grandes almacenes situados en la calle Na Morani. Ludmila asistirá desde niña al club deportivo Sokol, años después, en su vejez, recordará el espíritu y la atmósfera de aquellos encuentros inolvidables. En 1938, poco antes de la invasión nazi, participará en el último y multitudinario All-Sokol Slet [concentración gimnástica]. Durante el período del Protectorado de Bohemia y Moravia se verá obligada a abandonar el club deportivo debido a su condición judía – en noviembre de 1989, recibirá con satisfacción la invitación para incorporarse a “La vieja guardia de Sokol Vysehrad”, en cuyas actividades siempre le había gustado participar -. También durante el período del Protectorado será despedida del trabajo y obligada a realizar labores poco cualificados.
En 1939, tratará de escapar de las garras del nazismo huyendo con su novio a Canadá, por lo que, no sin dificultades y a escondidas, se hará bautizar. Sin embargo, a pesar de lograr el bautismo, la fuga a Canadá no resultará.
Las leyes antijudías instauradas por los nazis afectarán sobremanera a toda la familia: se les ordena llevar una estrella de seis puntas en la solapa; sus propiedades son confiscadas; se les niega el acceso a espacios públicos, como parques, cines y teatros; se ven obligados a malvender el negocio. A todo ello le seguirá la deportación del hermano de Ludmila a Terezin, en noviembre de 1941, y la instauración del gueto donde, desde entonces, deberán residir los judíos. El resto de la familia Weiner será transportada a Terezin en marzo de 1942. Ludmila trabajará en la llamada 'Landwirtschaft' [agricultura], participando en su tiempo libre en la vida cultural, actuando, por ejemplo, en muchas óperas bajo la dirección de Rafael Schächter [ Schächter, Rafael (1905-1944): director de orquesta y de coro].
El relato de Ludmila de aquella época es vivo y detallado, lo que permite al lector observar de cerca la vida cotidiana en el gueto de Terezin. En 1944, Ludmila y su hermano seguirán a sus padres a Auschwitz-Brezinka, allí serán instalados en el llamado campo familiar. En Auschwitz, Ludmila trabajará en el bloque de niños, ocupando el tiempo jugando, cantando y dibujando con ellos. En julio de 1944, tras dos meses en Auschwitz, ella y su madre serán seleccionadas entre miles de mujeres para trabajar como esclavas en Hamburgo. Hacia el final de la guerra, serán transportadas desde Hamburgo al campo de concentración de Bergen-Belsen.
Tras la liberación de Bergen-Belsen en abril de 1945, Ludmila enfermará gravemente de tifus. En julio de 1945, acompañada de su madre regresará a Praga, donde se encontrarán con su hermano Josef, que había sobrevivido a la guerra. El padre de Ludmila, como el resto de la familia, había sido asesinado en Auschwitz. De nuevo en Praga, Ludmila contraerá matrimonio con Karel Rutar, con quien compartía la experiencia de la guerra. Karel había estado en Terezin y Wulkov. Pronto enviudará y se verá obligada a criar sola a sus dos hijos, un niño y una niña.
Nunca estuvo comprometida políticamente y tampoco consideró emigrar. Después de que nacieron sus dos hijos, se quitó el tatuaje del antebrazo, ya que no quería que la gente sintiera lástima por ella. Después de la guerra, visitó Auschwitz en una ocasión y participó ocasionalmente en los actos conmemorativos del Holocausto, e incluso hasta el día de hoy participa en los eventos organizados por la Iniciativa Terezin.